Hoy es Navidad, qué felicidad,
vamos a cenar toda la familia
y, maldición, él ya llegó,
con su cucharita y su obsesión.
Vamos, dale más, dale mucho más,
lo puedes lograr, destrozar mi acuario,
por favor, déjalo ya.
¿Me escuchas, Fernando? Creo que no.
Que pares chalado, te aviso con antelación,
que alguien lo ate en la cama y le dé una inyección.
Cuidado con esa cuchara, Fernando.
Ahora reza al señor porque tú
te acabas de buscar la ruina,
y ahora yo empiezo a reaccionar,
mis brazos se mueven
como aspas de un ventilador.
Porque te acabas de buscar la ruina
y me da igual que sea Navidad,
con hilo dental pienso hacerte la circuncisión.
Mira, Fernando, me caes muy mal,
lo tenía que soltar, tarde o temprano te ibas a enterar.
Pues que sea en Navidad, dale cuñado,
nunca pararás, qué curiosa enfermedad.
Me has mirado mal, me has mirado mal,
deja ese jarrón, vale un dineral,
no, no, oh, oh, oh ...
Te acabas de buscar la ruina,
y ahora yo empiezo a reaccionar,
mis brazos se mueven
como aspas de un ventilador.
Y es que te acabas de buscar la ruina,
y me da igual que sea Navidad,
con hilo dental pienso hacerte la circuncisión.
Ya está aquí la Navidad
y volverá aquel infierno.
Hoy te toca soportar al anormal,
respira incienso.
Zambomba aquí, zambomba allá,
zambomba aquí, zambomba allá,
zambomba aquí, zambomba allá,
zambombo aquí, zam-bon voyage, voyage ...